Nintendo refuerza el control parental poniendo el acento en GameChat y el juego online
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Nintendo refuerza el control parental poniendo el acento en GameChat y el juego online

¿Sabes lo que hacen tus hijos cuando encienden la consola? ¿Hasta dónde llega el confort de verlos divertirse y dónde empieza la preocupación de un posible riesgo digital? En un mar de pantallas y desafíos online, Nintendo ha redoblado su apuesta por la seguridad infantil, presentando nuevas herramientas de control parental pensadas —precisamente— para esas pequeñas manos que empuñan, por primera vez, el mando de su vida digital.

La seguridad, el corazón del universo Nintendo

Nintendo, ese universo colorido que vio nacer a Mario, Luigi o Kirby, ha tejido siempre sus historias para ser compartidas: en la alfombra del salón, entre risas de amigos o con toda la familia reunida. Su éxito entre los más pequeños no es casual. El fácil manejo, la accesibilidad de sus juegos y la sensación de aventura ingenua son la carta de presentación que conquista tanto a niñas y niños como a sus padres.

Pero hoy, cuando la infancia también sucede en la nube, la compañía japonesa da un paso adelante. Ha presentado mejoras en sus ya conocidas herramientas de control parental, pensando tanto en la veteranísima Nintendo Switch como en la flamante Switch 2. ¿La gran novedad? Un enfoque más afinado sobre GameChat y el delicado mundo del juego en línea.

Controles parentales en la palma de la mano

Ahora, todo el poder —y la responsabilidad— descansa en una app gratuita, diseñada para que los padres puedan gestionar la experiencia digital de sus hijos desde su móvil, sea Android o iOS. Un pequeño ritual tecnológico: solo hace falta una cuenta de adulto, la consola conectada al menos una vez a internet, y esa aplicación instalada en el bolsillo. Tan sencillo como ponerle la bufanda antes de salir al parque.

  • Gestión centralizada de perfiles y permisos.
  • Creación de cuentas infantiles supervisadas, reservadas para menores de 16 años.
  • Bloqueo automático de compras y restricciones ajustadas según la edad, siguiendo el sistema PEGI tan extendido en Europa y España.
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Pero el verdadero encanto de la app está en su flexibilidad: cada familia marca sus propias reglas. Si una madre decide que su hija de once años está lista para perderse en la fantasía de «The Legend of Zelda», a pesar del +12 en la caja, puede autorizar con un simple toque esa pequeña rebeldía digital.

Además, los padres pueden fijar límites de tiempo —de minutos a horas, adaptados a días laborables o festivos— y crear rutinas de «buenas noches», apagando la consola durante el horario de sueño. Una especie de guardián invisible, pero amable. Y, por si fuera poco, siempre disponible la información sobre a qué juegos se conectan los menores… y durante cuánto tiempo habitan esos mundos virtuales.

GameChat: la nueva frontera de la comunicación

Con Switch 2, Nintendo introduce GameChat. Un espacio para chatear en grupos de hasta doce amigos mientras se juega online, pero sin perder nunca de vista el control adulto. Este sistema requiere una cuenta verificada online y —dato relevante— un número de teléfono para evitar el anonimato tan típico de internet.

Aquí, la protección es doble: de entrada, las cuentas infantiles quedan fuera de GameChat. Pero si los padres deciden autorizarlo, pueden elegir exactamente con quién puede hablar su hijo, controlar el historial de conversaciones y, en caso de videochats, hasta aprobar el ángulo de visión de la cámara. ¿Solo el rostro? ¿Quizá el entorno? Decisión familiar, a golpe de clic. Una suerte de ventanuco digital con reja y persiana.

Juego en línea: diversión bajo vigilancia

La preocupación de muchas familias ante el juego en línea no es infundada: ¿qué ocurre al otro lado de la pantalla? Nintendo ofrece desactivar por completo la opción online o limitar el contacto a simples emojis y mensajes predefinidos, creando islas seguras dentro de la experiencia.

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Por supuesto, títulos emblemáticos de la casa siguen funcionando perfectamente de forma local, sin necesidad de internet para desatar carreras frenéticas en Mario Kart World, descubrir misterios en Princess Peach: Showtime, lanzarse a la aventura con Donkey Kong Bananza o explorar los nuevos y vastos escenarios de Zelda: Tears of the Kingdom.

Si finalmente se permite el juego en línea, la aplicación parental permite vigilar de cerca el uso que hacen los menores de esa conectividad, brindando al adulto capacidad de reacción y conocimiento de primera mano. Información es poder también —y, especialmente— en la era de los videojuegos conectados.

Responsabilidad compartida, una industria más segura

Nintendo asume así su rol en el complejo tablero de la ciberseguridad aplicada al ocio digital. Pero, como insisten desde la compañía, la protección de la infancia sólo será real cuando todos los actores del sector —padres, desarrolladores, plataformas y comunidad— actúen en conjunto y sin fisuras.

La imagen es clara: niños y niñas jugando, riendo, cayendo a veces… pero siempre con una red de seguridad invisible, flexible y adaptativa creada con ayuda de la mejor tecnología. Porque jugar es, sobre todo, aprender a vivir en compañía, respetando el espacio propio y el de los demás. Y Nintendo, como buen anfitrión, está decidido a que la fiesta siga siendo alegre, segura… y, sobre todo, familiar.

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